La representación de los milacres de San Vicente Ferrer es una forma de teatro en valenciano interpretada por niños de hasta catorce años de edad, y es una de las celebraciones más tradicionales y de mayor arraigo en la ciudad de Valencia (España). Su origen se remonta a mediados del siglo XV, el primer altar se instaló en la calle del Mar en 1461, poco después de la muerte de San Vicente Ferrer. La popularización de las representaciones ha convertido esta fiesta en un importante capítulo del patrimonio cultural inmaterial valenciano, que fue declarado un bien de interés cultural inmaterial por el decreto 43/2015, de 10 de abril del Consell.
La Asociación Pila Bautismal de San Vicente Ferrer instala su altar en el corazón de la ciudad de Valencia, en la Plaza de la Virgen, junto a la fachada de la Basílica Mariana.