San Vicente Ferrer fue uno de los principales impulsores de la construcción de la identidad valenciana a lo largo de la época que le tocó vivir, y eso es determinante para que los valencianos honremos su figura. Siempre hemos pensado en el Santo valenciano como guía espiritual, como predicador, no en vano pertenecía a la orden de los dominicos cuya vocación esencial era y es
la defensa de la Fé, no obstante su figura se alarga a través de su obra y se hace visible en aspectos mucho más mundanos, como es la construcción de un pueblo dentro del proyecto más amplio de la formación de España como nación.
A finales del siglo XIV y comienzos del siglo XV, Europa empieza a salir de la oscuridad de la Edad Media, y es en esta época donde lo valenciano empieza a tener una transcendencia más allá de las fronteras del joven Reino de Valencia. La fuerza valenciana es sin duda transcendental en los cambios en la Iglesia Romana, con los Papas Borja, Calixto III y Alejandro VI. Así pues el pensamiento vicentino dejó gran impronta en la Iglesia de la época y sobre todo en los dos Papas valencianos.
El primer Papa Borja de pequeño presenció un sermón de nuestro Santo, el cual tras terminar de predicar se acercó al joven muchacho y le profetizó que llegaría a ser Papa y que luego le canonizaría, no se sabe a ciencia cierta el lugar de la profecía disputándose el honor Xátiva y Peñíscola. Sin duda alguna esta profecía marcó la vida del futuro Papa valenciano, que siempre reconoció a San Vicente como impulsor de su vida sacerdotal y su entrada en la cátedra de San Pedro, a la vez de valenciano universal. En su breve pero intenso pontificado, nuestro primer Papa valenciano canceló definitivamente el cisma de occidente, con la gran ayuda que en su momento efectuó San Vicente Ferrer en las distintas cortes europeas, frenó a los turcos en Belgrado y beatificó a Juana de Arco. Como se puede comprobar hechos que han permitido que la cristiana Europa sea como la conocemos en la actualidad. Por lo tanto fue muy importante la influencia de nuestro Santo en el Papa Borja, que le permitió ver la transcendencia de lo que representaba una unidad de los europeos con símbolos comunes, y sin duda reconoció en Juana de Arco y Vicente Ferrer su condición de forjadores de dos estados fundamentales en Europa: Francia y España, además de su santidad.
El Papa Alejandro VI estuvo profundamente marcado por el descubrimiento de América y la apertura del mundo hacia nuevas fronteras, pero su clara visión de futuro se forjó cuando siendo cardenal en el año 1472 vino a Valencia desde Roma llevando la bula del Papa Sixto IV legitimando el matrimonio de Fernando e Isabel que fue la piedra angular de su futuro reinado que permitió la unidad de España , como anécdota puede destacarse que al cardenal Borja y futuro Papa Alejandro VI, le acompañaban los pintores Paolo de San Leocadio y Francesco Pagano que pintaron los frescos de la capilla mayor de Valencia donde se representan los ángeles tocando instrumentos musicales y que hoy en día los podemos contemplar tras el desmonte de la cúpula barroca que los ocultaron durante siglos.
El segundo Papa valenciano estuvo muy ligado emocionalmente a su tierra ya que en sus escritos entrelaza constantemente el valenciano y el castellano, con locuciones italianas y latinas. Pero un gran hito de su papado que tuvo relación con nuestro reino de valencia fue la creación de la Universidad de Valencia por bula del 23 de enero de 1501 y por el privilegio real de Fernando el católico concedido el 16 de febrero de 1502, no obstante no hay que olvidar que cerca de un centenar de años antes San Vicente Ferrer impulsó, promocionó y logró que se creara el Studi General en el año 1410 con el fin de impartir ciencias, letras y cánones. Sin duda cuando en el año 1499 se aprobaron sus Constituciones esta iniciativa tuvo el impulso decidido del Papa valenciano que conocería a la perfección la obra y figura de San Vicente Ferrer, y sobre todo la profecía que hizo sobre su tío Calixto III, por lo que acogería con entusiasmo la consolidación de la obra académica de nuestro venerado Santo, queriendo engrandecer a nuestro Reino de Valencia y hacer un homenaje a quién sin duda fue el alma mater de la Universidad de Valencia, aunque en la actualidad este origen cristiano quiera ser olvidado por los actuales dirigentes universitarios tan insistentes en borrar todo rastro eclesiástico en su simbología, como por ejemplo la imagen de la Virgen de la Sapiencia que presidió durante siglos nuestra Universidad Pública.
Otro gesto de nuestro Papa Alejandro VI fue el conceder el título de Reyes Católicos a los precursores de la unidad de nuestra Patria: Isabel de castilla y Fernando de Aragón, logrando que con esta nueva dignidad transcendieran de sus propios orígenes y forjaran un título que abarcaba a todos los reinos peninsulares y todos se sintieran acogidos bajo una única dinastía y proyección al futuro.
Esta herencia también se la debemos a San Vicente puesto que con su conocida intervención en el compromiso de Caspe sembró la unidad de España que se logró hacer realidad y efectiva con el matrimonio real de Isabel y Fernando, que fue legitimado con la bula papal que fue traída a España por Alejandro VI, el cual con la designación de “Católicos” a los reyes permitió que España asumiera un destino común.
Como puede verse esa clarividencia de San Vicente al profetizar el papado a un joven valenciano, abrió la puerta al mundo de la actual España como nación cristiana y europea. Ambas figuras Papales, que nunca negaron su valencianidad, hicieron que nuestro Reino de Valencia adquiriera plena singularidad sobre el resto de Reinos peninsulares, pero lejos de pretender una transcendencia excluyente siempre velaron por su condición de valencianos en la Iglesia a la vez que precursores de una identidad Hispana de todos los Reinos.
Esa clara política de considerar la Unidad de España dentro de una Europa unida como proyecto común, es lo que supuso arrastrar a los Papas Valencianos una cierta leyenda negra en aquellos territorios que consideraban que el proyecto no podía pasar por la unidad peninsular si no por la separación definitiva del Reino de Aragón . Por esa circunstancia tanto la figura de los Papas Valencianos como la de San Vicente Ferrer, como grandes benefactores de nuestro Reino, tiene grandes detractores en aquellos que solo quieren potenciar lo que pueda separar nuestro proyecto común.
Siempre las corrientes independentistas han fomentado, dentro y fuera de nuestro antiguo Reino, aquello que nos enfrenta y no aquello que en los lejanos siglos XIV y XV cimentaron nuestra unidad, por eso hay que conocer nuestra historia y sobre todo poner de manifiesta las grandes figuras valencianas que supieron tener visión de futuro y trabajar por aquello que nos une como pueblo, es decir la tradición cristiana de Valencia, España y Europa
Igualmente debemos defender aquellas figuran que nos moldearon como pueblo de entre las cuales cabe destacar nuestros Papas Valencianos y San Vicente Ferrer. Les debemos lo que somos cristianos, españoles y europeos, por lo que nunca debemos dejar de reivindicarlos y defenderlos en todos los foros. No podemos ser cómplices con nuestro silencio del cambio de la historia ni de la construcción de una realidad diferente que suplante nuestro origen, estoy convencido que nuestros jóvenes desconocen estas figuras valencianas, salvo en lo superficial y en muchas ocasiones en la sombra negativa con que se les quiere presentar, para que se extienda el olvido sobre su gran obra, por eso es necesario conocer nuestro pasado para poder entender nuestro presente y forjar nuestro futuro. Estoy convencido que San Vicente nos ayudará en este objetivo.
Fernando de Rosa Torner
Senador de España. Vicepresidente Asociación Pila Bautismal.